Afrodita vs. Nathaly (Batalla Elemental)

La mañana había llegado amena al santuario, acariciando con sutiles rayos de sol a todo el santuario antes de aparecer por completo el astro rey; para después elevarse ferviente tras la gigantesca estatua de la diosa Athena, perfilándola con destellos dorados que le daban una imagen gloriosa a la estructura erguida desde tiempo inmemoriales en aquél santuario. La luz oculta detrás de la representación de la deidad opacaba la figura de la recién llegada que había tomado parte de los juegos del destino, esta vez, para una causa diferente a la que había protegido durante tanto tiempo.

Pero el sol se elevó más alto, curioso de ver qué era lo que la oscuridad le ocultaba y logró mostrar la figura esbelta de una joven cubierta por un vestido blanco que llegaba en la parte frontal hasta la mitad de sus muslos y en la parte posterior se extendía en una cola que llegaba hasta sus tobillos, debajo de su pecho un tipo corsé de oro con una esmeralda incrustada en la mitad de su tórax, entallaba aun más su fina figura que se desplazaba en un suave y elegante movimiento haciendo que su largo cabello rosa se meciera detrás de su cuerpo, trayéndolo suelto por lo que este servía como capa en su espalda; dejándose finalmente ver su rostro de piel de porcelana adornado con un par de turquesas por ojos, tan brillantes como el mismo astro que parecía haber ido a darle la bienvenida.

La mujer se detuvo frente a la estatua y dio un profundo respiro levantando su rostro observando con detenimiento aquella colosal estructura, obligándose a entrecerrar sus ojos debido a los rayos que bañaban el lugar. Sus labios sonrosados se movieron sutilmente susurrando unas amables palabras en griego antiguo provocando que a su alrededor aparecieran en un gentil baile miles de pétalos de cerezo en flor que se fueron arremolinando alrededor del lugar que tenía a ambas representaciones de las deidades. Eso le traía algo de paz, después de todo, entendía perfectamente la posición de algunos caballeros que sentían rechazo por la nueva deidad que había llegado.

No están acostumbrados a otra deidad que no sea Athena…pero

Dijo la diosa con su sensual voz mientras ladeaba suavemente la cabeza para observar hacia el interior del templo que ahora le servía como aposento; sentía la presencia de uno de los guerreros acercándose a ella, poderosa, curiosa y hasta cierto punto molesta; venía a ponerla a prueba y lo podía notar. Giró suavemente su cuerpo en dirección a la salida del templo, sonriéndole con suavidad a la presencia que se avecinaba sobre la estatua de Athena.

Un hermoso dia era dibujado al astro sol de Apolo, la brisa era fresca pese a la hora del dia, bastante grato como para ascender, tras transcurrir 7 años vagos recuerdos poseía de Athena, quizás aquel recorrido desde su onceavo templo para contemplar aquella hermosa escultura a tal cercanía le ayudaría a recordar cuando era convocada como una simple amazona de bronce, algo que jamás le incomodo pues la esencia de su armadura era lo que le importaba y como se desempeñara con ella. Ascendia por los templos atravesando piscis hasta llegar al templo del patriarca… hogar ahora de su hermano que a al prisa habia sido nombrado como el sucesor de tan noble hombre que habia encerrado a los dioses gemelos.

Tras atravesar el templo una extraña sensación le invadió, cientos de imágenes llegaron asi como de sonidos, mas que nada esas imágenes se enfocaban en el caótico pasado y en las promesas que su hermano le habia otorgado tras verse ambos solos, habían veces que aquella promesa la cuestionaba, después de todo en el fondo deseaba que su hermano viviera una vida normal, una feliz como todo ser humano lleno de bondad merecía, pero por otros momentos la necesidad de tenerlo siempre cerca le invadía, no podía imaginárselo cerca de nadie mas que no fuese una simple charla, deseaba tenerlo para si misma, para seguir creyendo que el final de los días acabaría juntos… tal como el caos que sobrellevaron en su unidad fraternal.

Se quedo inmóvil y admiro el templo, su hermano no se encontraba, estaba en este momento juzgando el desempeño de los futuros aspirantes cosa que no le era entretenida de ver a la acuariana.

-Temo que un dia te olvides de mi… que rompas tus promesas… me cuesta mucho aceptar la realidad luego de todo lo que pasamos hermano…realmente no sabria que hacer sin ti, me sentiría sola por muy acompañada de amistades pudiese estar siempre habría un hueco en mi corazón…-

Llevo su diestra a su pecho, el solo imaginar a una mujer a su lado le despertaba sus instintos asesinos, aunque eso seria exagerar pues jamás mancharía sus manos de sangre… pero si las llenaría de un triunfo. Suspiro sonoramente mirando el cielo de aquella edificación.

-Se que hay cosas que no puedo evitar pero… temo que veas a alguien mas… después de todo eres hombre, eres mas débil … aunque… siempre te has mostrado tan maduro que no podría compararte con el resto… aaah… peor me siento ahora que recuerdo esto…-

Súbitamente la imagen de la aparición de Afrodita apareció en sus pensamientos, no era porque se encontraba cerca, mas que eso era porque ante tal belleza, tan sutileza era evidente que atraería a cualquier varon, quizás Einar no era como el resto pero era humano… peor era imaginar que asi como Hades y otros dioses de la mitología ella quisiera aprovecharse de sus encantos para su propio deleite… ¿ como veria a su hermano después de eso? Seria una vergüenza aun para ella pero no dejaría de estar a su lado ¿ pero si el quería estar solo, lejos con alguien mas? La imagen de Afrodita aparecia cada vez mas fuerte como los latidos de su corazón.

-Después de todo…- dijo con total molestia mientras avanzaba en dirección a la estatua – ¿Quién dice que hay que confiar en ella? Puede que este jugando con nosotros… con mi hermano que es el mas cercano…¡ el mas cercano!-

Gruño ante la ultima frase y avanzo velozmente envuelta en aquella aura salvaje y gelida llegando a la estatua de Athena donde muy cerca de ella se encontraba aquella Olimpica que parecía le esperaba. Su cosmos se intensifico al verla congelando sus pasos ante aquel piso de piedra.

-¿Quién dice que se puede confiar en ti?... Einar y yo somos hermanos y por su cargo él debe ser el santo mas cercano para ti… el es la voz, los ojos de todos nosotros… y tu a su lado…-

Dijo sin pudor alguno pese a estar tratando con una deidad y para empeorar la situación aquella deidad del amor era a quien debía respetar pues su ascenso a amazona de acuario se debió gracias a la creación de aquellas nuevas armaduras cortesía de Afrodita para la nueva batalla. – ¿Crees que dándome un puesto en tus filas ganarías la confianza de todos… sobretodo la mia?...-

Sus puños permanecían cerrados y en su rostro cierta furia aumentaba, la sola idea de aquella Olimpica en la sabiduría de su existencia deseara engatusar a alguno de los santos con armaduras de oro era algo fácil de imaginar, una lealtad basada en la conveniencia…

-Si le pones un dedo encima a mi hermano… si siquiera el cambia por tus trucos … créeme que deberás temerme…-

Dijo en tono amenazante esperando que la Olimpica pudiera defenderse… si es que habia palabras para hacer retroceder a aquella loba del norte.

Tu vienes por algo más-Culminó la frase anteriormente dicha por la deidad.

Vaya que sí; la estaba esperando sin lugar a dudas, de hecho, estaba sorprendida por la demora que había prestado la amazona de acuario para presentarse ante ella a enfrentarla; lo había notado desde el principio, no le había gustado en lo absoluto su cercanía con el joven patriarca del santuario, Einar; después de todo, ambos se habían hecho muy unidos tras su llegada, a más de su deber de mantener informada a la diosa, por un estilo extraño de amistad, quizá por la cantidad de tiempo que debían permanecer juntos; casi estaban de sol a sol uno al lado del otro.

Nathaly

Dijo la mujer observando frente a frente a aquella joven mujer que la observaba amenazadora desde la entrada del lugar que acogía a la estatua de Athena. Como era de esperarse, ella aun no terminaba de confiar en la nueva diosa que había llegado para apoyarlos en lo que estaba por venir, pero sabía que como Nathaly, podían haber muchos santos más que dudaban de la sinceridad de sus sentimientos, el único que parecía haberle creído era Einar; que aunque de una forma algo extraña, demostraba que había dejado de temer a la juguetona deidad del amor.

Vaya…sin lugar a dudas eres idéntica a tu hermano…puedo ver aquella preciosa intensidad que ambos guardan dentro de sus corazones

Dijo la hermosa mujer acercándose unos pasos hacia la desafiante amazona que amenazaba con reventar sus puños por la presión del agarre de los mismos; otra diosa, hubiese despedazado a la mortal sin misericordia alguna debido al terrible atrevimiento que demostraba para con su superiora; inclusive ella misma, en otra situación hubiese hecho pagar tal osadía, pero esta vez, no había razón; de alguna forma, sabía lo que estaba sintiendo la preciosa joven que tenía frente a sus ojos.

Si…él es mis oídos y ojos…de aquello que un mundo al que no estoy acostumbrada me oculta…él se ha convertido en un pilar fundamental para mi…-Dijo con plena sinceridad dedicándole la más hermosa de las sonrisas a la que se asemejaba a un lobo por su fiereza y tenacidad-Al igual que para ti…él se ha convertido una parte esencial para mi vida…

Dijo amenamente la diosa mientras observaba con sus profundos ojos celestes a la amazona que tenía frente a ella; y aunque quisiera negarlo, no podía hacerlo más, esa era la realidad. A su alrededor los hermosos pétalos de cerezo en flor seguían bailando en un elegante ritmo lleno de paz y armonía.

No confundáis…mi colaboración…al entregaros aquella preciada armadura…por un soborno para que me dejes estar con vuestro hermano…te habéis ganado esta armadura que ahora portas por vuestro poder y devoción…no porque yo haya decidido que tu seáis la sucesora de vuestro hermano…no me sirven guerreros débiles que se ganaron sus armaduras por influencias…me sirven guerreros valiosos y valientes que sean capaces de aguantar la gran necesidad de cosmos que mis armaduras requieren y que pueden mantenerse en combate digno contra sus adversarios

Proclamó Afrodita en un tono suave y gentil, pero que no hicieron que sus palabras sean menos fuertes y verdaderas; una diferencia de las armaduras amazónicas doradas con las armaduras de los caballeros dorados era que requerían de más cosmos para mantenerlas, obligando así a las amazonas a hacerse cada día más fuertes y constantes o simplemente decirle a dios a una armadura indomable y feroz.

Las últimas palabras pronunciadas por la amazona hicieron que los ojos de la deidad se abrieran levemente tomándola desprevenida; si, conocía perfectamente los celos y sabía que los humanos no estaban exentos de ellos; dibujó una perfecta sonrisa en sus labios de porcelana cerrando sus ojos tomando un profundo respiro.

¿Por qué usaría trucos para cambiarlo…si él es hermoso tal como es? Yo no estoy de acuerdo con la intervención divina para hacer que una persona cambie…cada quien es único como es…y nadie puede ni debe intervenir para cambiarlo…lo que si intentaré darle…en retribución a todo su sacrificio…es alegría…aunque me cueste la vida hacerlo…no me iré de este mundo hasta verlo sonreír con sinceridad una vez más y que ese muro de cristal que él puso para hacerse más fuerte…se suavice…él no es una máquina…es un humano capaz de amar y ser feliz…pero que tiene miedo de demostrarlo…

Dijo Afrodita abriendo nuevamente sus ojos para observar a Nathaly, sus ojos se veían decididos, llenos de una determinación única; su elegancia y solemnidad podían verse brillar detrás de sus ojos. Pero así como la diosa lo demostraba, Nathaly se veía decidida a no dar pie atrás, la diosa se había percatado, que ella había llegado para ponerla a prueba, por ella, por sus compañeros, por la sinceridad de sus palabras y más que nada, por el temor de perder a su bien amado hermano a manos de una mujer que apareció de un momento al otro en la vida del ser más preciado para ella.

Aunque puedo darme cuenta que no importará lo que diga…tu estáis decidida a retarme a pesar de ser vuestra representante…Adelante preciosa Nathaly…ponedme vuestra prueba…y dejadme mostraros con hechos estas palabras que pronuncio hoy frente a ti

Sabía que el resultado que fuere, una de las dos terminaría gravemente lastimada y probablemente, el dolor de Einar sería más grande al ver a dos personas muy importantes para él en tales estados; aunque, Afrodita estaba decidida a no herirlo; no deseaba verlo sufrir, ni él, ni ella merecían más dolor en sus vidas, sin embargo, no deshonraría a su oponente dándole una batalla endeble sin dar su máximo en ese lugar.

Adelante…Nathaly…espero vuestro golpe…dejame sentir aquello que puedo ver en vuestros ojos

Exclamó la mujer mientras el viento golpeaba con fuerza a ambos cuerpo haciendo que su cabello rosado se eleve violentamente a un lado de su espalda meciéndose con fuerza al igual que la tela de su vestido.

Estaba decidida, sin importar las consecuencias el temor y la molestia se habían apoderado de su calmada personalidad, simplemente el hecho de ver a su hermano lejos de ella, dándole la espalda bajo las crueldades de juegos que los dioses inventan para su deleite era algo que le colmaba, sin importar cuantas explicaciones o palabras bien ornamentadas podría entregarle aquella deidad nada serviría. Quizas se dejaba cegar pero como todo a su tiempo aquello se disiparía…

Cerro sus puños con fuerza tras escucharle refiriéndose a su hermano de “hermoso”, los celos le invadían otra carga a su mente llena de conflictos. Aun en ese momento se rebatía en un debate sin fin, su necesidad de tenerle siempre con ella luchaba con su madurez, el comprender que el debía seguir con su vida y ser feliz, el querer y el amar… er aun gran dilema que no tendría respuesta en el presente. Fuera de sus celos la acuariana desconfiaba de los dioses, solo Athena se habia apiadado de estos pero los demás se quedaron desde el resguardo en el Olimpo observando como aquellos insignificantes seres perdían la vida en nombre de ellos… pero nuevamente aquellas palabras de Afrodita con respecto a su hermano resonaban en su mente… “lo que si intentaré darle…en retribución a todo su sacrificio…es alegría…aunque me cueste la vida hacerlo…no me iré de este mundo hasta verlo sonreír”¿ queria ser el centro de su hermano? ¿ ser su compañera? … ¿que queria decir? La sola idea de que Einar se enamorara de aquella deidad era algo que le desesperaba, sus huesos tronaron con solo cerrar su puño con fuerza ¿ tanta era la seguridad de aquella deidad? Seria el narcisismo de la misma el fundamento para aquella mujer que fue inmortalizada como las mas bella…

Sus palabras de invitación aun si estaban llenas de aquella sutileza dignas de una persona con educación era algo insoportable, jamás creyo sentirse asi por alguien… jamás deseo verse en esa situación… quizás se cegaba de ver la verdadera realidad… o quizás… simplemente le salvaba la vida a su hermano, quien podría saberlo…

Su cosmos se intensifico, mientras aquella mujer era rodeada de hermosos petalos la acuariana era rodeada de copos de nieve y el viento que se intensificaba cada vez mas, el piso de piedra en sus pis comenzó a congelarse a una velocidad alarmante, solo aquella nueva maestra del hielo comprendería que bajo aquella capa inofensiva de hielo se ocultaría una gran masa bajo la superficie. Cuando el hielo logro expandirse lo necesario emprendería su recorrido hacia el exterior… seria entonces que la acuariana alzando su diestra cerraría su puño con fuerza nuevamente. No poseía ningún pudor de atacarle, si todo era cierto seria capaz de pedir disculpas pues es su propia ingenuidad carácter del ser humano quien le obligo a tomar aquellas medidas como también desenmascaria la figura cargada de cinismo de aquella deidad.

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Pv:35

Ataque

Prisión Helada_Hielo, 8 puntos.

Spoiler:

La temperatura colapsó de pronto a efecto de la furia de la acuariana; pocas veces se la había visto perder así la calma de eso estaba segura, viendo el reflejo de su propio hermano, debía estar en extremo molesta para que su cosmos saliera de control. Ante cada uno de sus respiros, salía un abundante vaho debido a la diferencia de temperatura entre su cuerpo y el exterior, algunos de sus pétalos de cerezo en flor empezaron a congelarse cayendo estrepitosos al suelo.

Si…no vas a creer en mis palabras…soy una persona de poca credibilidad para ti

Susurró la mujer mientras el hielo empezaba a envolverla velozmente hasta llegar a su cuello mientras la apretaba con fuerza y furia como si intentara quebrarle todos los huesos en su cuerpo; su delicado vestido empezó a sufrir las terribles consecuencias de aquél ataque en primer lugar, este empezó a desgarrarse, dejando ver un poco de su piel blanquecina oculta bajo la tela. Pero, el hielo clamaba algo más que simplemente eso de la deidad, clamaba su cuerpo entero por lo que de su figura empezaron a sonar incontables tronares de algunos de su huesos empezando a verse aprisionados entre su gélido agarre.

Que…elegante ataque…

Susurró la mujer mientras empezaba a concentrar su cosmos alrededor de su cuerpo, haciendo que este brille con intensidad desquebrajando el inmenso poder de la acuariana que la enfrentaba en ese hermoso día. Los ojos de la deidad brillaron en un fuerte color dorado dándole una imagen imponente tras lo cual la coraza de cristal se reventó en mil pedazos produciendo un gran estruendo en todo el lugar.

Dime…tenéis miedo…preciosa Nathaly?

Dijo la mujer sin dejar de emanar su cosmos frente a la joven; su cabello liláseo se mecía con furor sobre su cabeza en una poderosa ventisca que se había presentado alrededor de ambas jóvenes mujeres. La diosa contenía su poder; sabía el sentir de la amazona, podía verlo en sus ojos tan profundos como el océano de su antigua tierra que se abrían ante ella como un libro abierto; no pudo evitar suspirar amargamente mientras observaba con ternura a la guerrera que tenía plantada frente a su presencia; sabía, que Nathaly era una dulce joven que guardaba un gran afecto por su hermano, y eso la llevaba a actuar tal como se presentaba ante ella.

Nathaly…las decisiones de vuestro hermano…No lo alejarán de ti…Él siempre piensa en vuestro bienestar antes que en cualquier cosa…Y eso es algo que ni los dioses podrán quitarle…Es…como si le pidieras a Esculapio…Hijo de Apolo…Que deje de salvar vidas…Él murió por lo que creía…Así…Einar moriría…Antes de dejar sola a su amada Nathaly

Dijo con suavidad la deidad mientras el poderoso color dorado empezaba a tornarse tan blanco como la nieve mientras este se extendía alrededor de todo el campo de batalla, formando un inmenso círculo de una luz tan intensa que era capaz de cegar al mismo sol; de pronto, todo alrededor desapareció quedando solo ambos cuerpo uno frente al otro.

Voy a daros un poco de luz…para que aquellos celos que sientes desaparezcan…ante la luz de la verdad…Sacred Gates

Susurró la mujer, provocando que todo el círculo de luz se elevara con furia hasta el cielo, llevándose consigo parte del campo de batalla, como un potente rayo de luz que era capaz de destruir todo lo negativo en su campo de acción.

Pv=60-8=52

Técnica utilizada

Spoiler:

Su ataque había resultado aun si era contra una deidad como lo era Afrodita, parte de ella se sentía “feliz” una forma extraña puesto que habia sido capaz de dañar a una deidad, el solo hecho que su hielo envolviera la delicada figura de Afrodita era una imagen que guardaría por siempre. No mostraba sonrisa, su rostro era un tempano de hielo, sin emociones alguna pese a aquel logro que nadie se atrevería de cometer, las palabras de afrodita no causaron ningún efecto en ella, solo cerro sus puños ocultando la cólera que le causaba, parecía que se mofaba de sus habilidades, en lugar de estar gritando o aguantando el dolor en silencio su voz pronunciaba alabanza a la ofensa contra su persona.

Los arduos entrenamientos le enseñaron a jamás cantar victoria tan tempranamente, era evidente que el poder de un dios liberaría de la prisión congelante, pero las palabras de Afrodita seguían siendo agudas, afiladas para Nathaly, quien en ese estado de cólera cualquier gesto de amabilidad, cualquier gesto opuesto a la batalla le era ofensivo. Los ojos de la deidad brillaban de color dorado, claramente no era humana pero no alarmo a la acuariana, después de todo lucho hasta el final en dos grandes acontecimientos, cuando se enfrento a los espectros y cuando se enfrento a los ángeles, si bien el número de victorias era alto su humanidad la obligaba a llegar a un limite, sin importar por cuantas dolorosas pruebas paso seguía con vida, no le temía a nadie que pudiera herirla, lo único a lo que temía era perder a su hermano…

La acuariana ante la pregunta de Afrodita alzo ligeramente su cuello en una imagen soberbia, entrecerró sus ojos y la miro con total frialdad, como si fueran los ojos de un asesino, de una bestia sanguinaria, sin embargo ante la imponente mirada de Afrodita la amabilidad seguía siendo parte de ella…

Las siguientes palabras de la Olimpica habrían causado cierto alivio, pero los celos que le invadían targiversaba los vocablos, encontraba ideas adversas donde la mayoría no las encontraría – Le corresponde a Einar decirlas, no a ti…- dijo con total frialdad observando como un intenso destello emanaba la deidad dejando todo en la mas intensa blancura, ya detalles del paisaje eran cosa del pasado, estaban en medio de la luz, una frente a la otra, sin tener control de lo que ocurria Nathaly fue elevada por la luz, su cuerpo se comprimía por una extraña razón y fue asi que el puro sonido de una gota de sangre revelo lo que ocurria, toda extremidad desprotegida de la armadura se teñía de rojo y esta caia al suelo. Sus ojos se abrieron de par en par, cerro su mandíbula y ningún sonido de dolor emergió, su cosmos dorado emergió de golpe en el interior de la acuariana, causando cierta repulsión, como si fuesen dos atomos de la misma carga.

La acuariana aterrizo perfectamente en ambos pies, su armadura reluciente estaba manchada de sangre pero para su infortunio su mente seguía tal cual. La ofensiva de Afrodita lleno su mente de cierta necesidad de devolverle los golpes, no tuvo piedad en un inicio, ni respeto, no la tendría ahora que fue atacada. Su aura dorada junto con el aire frio que emanaba continuaba acompañándole, de su diestra una esfera comenzó a formarse, extendió su brazo y el momento en que este llego a la altura de su rostro la esfera ya estaba formada, su dominio con el hielo era tal que podía manipular las partículas de aire a su antojo.

-No conoces a mi hermano y ¡deja de hablar de él!-

Expreso la acuariana lanzando la esfera nuevamente contra aquella deidad, sus ojos se humedecían ante el debate en su mente… el tormento que se causaba a si misma era mayor que el de su cuerpo, podía aguantar lo que fuera cualquier dolor seria mínimo al dolor de su corazón y su agitada mente.

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Pv: 35 -10: 25

Ataque

Polvo de Diamantes _Hielo,8 puntos.

Spoiler:

A pesar de aquél helado sentimiento que demostraba la guerrera acuariana hacia con la diosa, esta la observaba con ternura, no podía evitarlo; aquella determinación era solamente la forma violenta de demostrar el infinito amor que le profesaba a su hermano. Sus ojos temblaban levemente, hasta cierto punto, no deseaba levantarle la mano a aquella humana, la conmovía su furia al sentirla a ella como una amenaza.

Algo…que deberíais saber…es que vuestro hermano…sabe escuchar…quizá…deberíais aprender un poco eso de él

Susurró la mujer antes que aquél poderoso ataque la golpeara con fuerza haciendo que todo su cuerpo fuera congelado y cortado al mismo tiempo, la hermosa tela que la cubría se desprendía en pedazos debido a los cuantiosos cortes, que iban tamizando de rojo lo que quedaba de aquél blanco material que servía para su cobertura; inclusive el rostro de la diosa fue cortado por aquél poder, haciendo que de su mejilla rodara un hilo de sangre que goteaba abundante hacia el suelo.

Tu…lo conoces mejor que nadie…deberíais estar tranquila por eso

Susurró la mujer mientras se acercaba con suavidad hacia la amazona que tenía frente a ella, acercó su mano derecha a su rostro acariciando con su delicados dedos aquella piel que ni el mismo entrenamiento había sido capaz de librar de su suavidad. Afrodita sonrió con ternura entrecerrando sus ojos observando aquellas facciones que eran tan parecidas a las de Einar.

No dejes…que algo así…perturbe vuestra mente…sois más poderosa que los celos…The goddess Llulaby

Susurró para paso seguido empezar a entonar una dulce canción que más que un ataque, parecía un regalo para aquella hermosa mujer; la voz de la diosa podía escucharse por todo el santuario, inundando cada rincón de aquél sagrado lugar; cubriéndolo con un delicado manto blanco de neblina que empezó a brillar sutilmente dándole un aspecto de paz.

Tu hermano…os ama más que nadie…y más que a nadie…sienta lo que sienta…o lo que pienses que él sienta…nada…cambiará sus sentimientos hacia ti

Susurró la diosa observando a los ojos a la joven dejando de acariciar su rostro para continuar con su dulce canción, que era acompañada por pequeños destellos de luz que bailaban alrededor del templo que las acogía a ambas.

Pv=44
Técnica utilizada:

Spoiler:

Canción:

Spoiler:

Tras lanzar su ataque la acuariana quedo inmóvil, totalmente atonica ante las palabras de Afrodita, no se podía encontrar maldad, ni siquiera aquel sentimiento de venganza por ser atacada… no veía su furia pese a las agresiones… seguía mirándola con ternura, seguía hablándola con suavidad. Nathaly a esta altura se sentía sorprendida, no sabia si debía continuar, ya todo en su mente era una gran confusión que se incrementaron al sentir el calido y tan suave tacto de la Olimpica en su mejilla. Su mirada fría por un momento se derritió, le observaba directamente a sus ojos sintiendo cada vez mas extraña, de sus ojos algunas lagrimas emergieron y cayo de rodillas mirando a la Afrodita, su voz era tan dulce y aquellos petalos hermoseaban mas su imagen.

-Tal vez… tengas razón…-

Murmuro finalmente cerrando sus rojos ojos intentando ponerse de pie, no fue efectivo y permaneció de rodillas esta vez observando a la diosa del Amor. – No se como puedes mantenerte de esa manera… te he hecho daño sin embargo pareciera que no muestras rencor ni ira…- Murmuro nuevamente cerrando sus ojos , cayo al suelo se sentía vencida, sin poder regresar a su templo permaneció inmóvil absorta en sus pensamientos ( Entiendo porque Einar le admira… entiendo porque bajo desde el Olimpo para nosotros…) los copos de nieve que antes le rodeaban desaparecieron, volvió a ser una simple mortal, agotada y ya sin motivos para alzar sus ataques nuevamente con Afrodita…

-Lo lamento…-

Murmuro finalmente, su cuerpo se adormeció, parecia haber caído en los brazos de Morpheo, y aquella imagen que ahora gobernaba en sus pensamientos era ver a su hermano, quizas revelarle lo impulsiva que fue, confesarle que el amor que le tiene es capaz de ir en contra de los propios Dioses…

Hp: 25-10 : 15

La diosa no pudo evitar sonreírle con suavidad al ver como se rendía ante su imagen; era algo común que generaba en la mayoría de personas; sin embargo, el haber logrado llegar tan dentro de una amazona cuya férrea devoción las hacía tan feroces como linces escondidos entre los bosques nevados del norte, era un sentimiento que la reconfortaba y la llenaba de alegría.

Nathaly…puedo reaccionar así…porque os entiendo…y aunque os parezca complicado de imaginar para una diosa…yo he vivido aquellos mismos sentimientos con los que hoy habéis venido ante mi

Se acercó entonces a ella acariciándole suavemente el rostro limpiando las pesadas lágrimas que habían pugnado por salir de sus ojos rodando por sus mejillas, dándole así también un descanso a su herido cuerpo que había encontrado alivio al chocar contra el suelo. Los delicados brazos de la diosa rodearon el cuerpo de la joven amazona colocando su mentón sobre su cabeza mientras la guerrera se dejaba hacer por el sueño.

Perdonadme tu a mi…por haberos herido tanto…sois una de las guerreras más preciosas que he visto y más poderosa…yo os bendigo…porque a pesar de esa mirada gélida que posees…se que hay un corazón que desea amar…deja que ese amor…llene vuestro camino…y os aseguro…que seréis más poderosa que los mismos dioses a los que todos os han enseñado a temer-Susurraba en una dulce voz la diosa a la joven que mantenía maternalmente entre sus brazos-Porque nadie…es más fuerte…que esa devoción que habéis profesado…porque…ese brillo que mostrasteis durante nuestro combate…sobrepasó el del mismo Zeus…aunque…algo que deberéis aprender…es a no temer al poder que os sonríe…

Sonrió mientras levantaba el cuerpo de Nathaly entre sus brazos llevándola a su recámara para que descansara entre suaves mantas de seda blanca, en un cómodo colchón que ella había creado para su propio descanso y para el descanso de aquél que ella quisiera proteger; por el momento, la hermana del patriarca, era la primera en conocer esa parte de Afrodita. Sin más, la diosa le sonrió tras cubrir su cuerpo con la sábana y salió del lugar dejándola descansar.


Pv=44