Saint Seiya The Song Of Dark
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El inicio de una nueva guerra ( Historia de TSOD )

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Mensaje por Maldazzar Lun Jun 11, 2012 1:51 pm

Año 2012

En el universo como en la vida existe una dualidad que es la que gobierna, día y noche, bien y mal, desde tiempos remotos. Aquellas dos fuerzas han estado en guerra y durante eones las batallas libradas habían ido favoreciendo a ambos bandos casi en igualdad, sin embargo aquel mar de sangre derramada a lo largo del trayecto dejo un punto sin respaldar “Los humanos”. Aquellos seres creados para poblar la tierra tenían muchos defectos, entre los cuales destacaba la vanidad. Creyendo que no necesitaban más de los dioses y que por años solo habían sido manipulados por ellos, muchos dejaron de creer en las deidades olímpicas, para creer en el nuevo “dios”, fue entonces que su poder se vio reducido considerablemente. No obstante las batallas libradas cada doscientos años entre Hades y Athena solo ayudó a que la prisión donde se resguardaban los titanes se debilitara.

Siete años han transcurrido desde la partida de la Diosa Athena de este mundo, dando su vida para poder salvar a la raza humana de las ambiciones de Hades, quien se unió a Athena en aquel mundo en que sólo los inmortales podían ir tras ser sus almas debilitadas, un mundo del que podrían escapar tras transcurrir doscientos años en la tierra. Luego de aquel final todos creían que sería una nueva era de paz, que todo estaría bajo control si los caballeros de Athena continuaban con aquel legado de justicia y paz que aquella noble deidad se enfocó en entregar hasta el final.

Parte de la oscuridad más letal del universo vio su recompensa tras años de espera cuando la última guerra santa culminó, los muros del tártaro se encontraban debilitados, el inframundo estaba en ruinas y lleno de espectros que deseaban cambiar su larga historia de constantes pérdidas por una de victoria, inclusive la sed de venganza parecía desbordarse de sus corazones, fue entonces que aquel ser creado por el “nuevo dios” conocido como Lucifer, emergió desde los confines más profundos del Pandemonium, jurando que muy pronto él cubriría la tierra de muerte.

El santuario había sido reconstruido por completo, sus jóvenes santos rebosaban de espíritus fuertes y libres que creían en una paz duradera, pero aquel pensamiento fue quizá su peor error ya que el ángel caído no tardó en ir tras ellos, con un ejército de leales ángeles, Lucifer mermó considerablemente las fuerzas del santuario, no obstante en aquella pelea la oscura divinidad se las ingenió para arrebatar la urna donde el anterior pontífice del santuario había encerrado a los dioses gemelos. Dejando un santuario destrozado y teñido por el color carmesí de la sangre de diversos guerreros, Lucifer puso en marcha lo que sería la nueva guerra entre aquel par de entes que desde la creación habían estado peleando por acaparar todo en su totalidad, luz y oscuridad.

Con heridas no solo de peligro de muerte, sino también con un espíritu marcado por la ira e impotencia, el actual patriarca del santuario vio con terror que aquellos siete años de paz se habían esfumado, la nueva oscuridad que amenazaba con cubrir la faz de la tierra parecía ser más letal y poderosa, la pelea por el bienestar de la humanidad se había desatado, él cómo sus caballeros debían defender a la humanidad como habían hecho antes, solo que ahora sin la protección y guía de su diosa Athena.

En el inframundo por otra parte un puñado de espectros aguardaba con ansias la primera oportunidad para cobrar venganza, no solo su dios había caído nuevamente sino que su hogar se encontraba en ruinas y fue entonces que ante ellos apareció una nueva deidad, una que no solo les prometió una vida en los elíseos sino también la tan anhelada y deseada venganza que ellos aclamaban. Su lealtad ante su señor Hades era infinita por lo que estos no parecían ceder ante la oferta de Lucifer, fue entonces que el ángel caído usó su primera carta y mostrando ante los espectros el rosario con las 108 cuentas, logró sembrar la incertidumbre en ellos.

A sabiendas de que el rosario no sería suficiente para convencer a los espectros que seguían mostrando lealtad a Hades, Lucifer hizo aparecer la urna con los dioses gemelos y retirando el sello dejó en libertad a Thanatos e Hipnos quienes sintiéndose ofendidos al haber sido encerrados por un simple mortal, se aliaron con el ángel caído para así tomar venganza y por fin limpiar a toda la tierra de la tan repulsiva raza humana. Ante tal hecho de alianza los espectros no dudaron mas he incandose delante de las tres deidades juraron lealtad, una que se fortaleció a magnitudes inimaginables cuando el ángel caído usó su poder para dar color a las cuencas del rosario que se habían oscurecido, en el cielo las 108 estrellas de los espectros volvieron a brillar, las almas del ejército de Hades irían reencarnando poco a poco con el pasar de los días con el único, firme e irrevocable fin de servirle a Lucifer y a los dioses gemelos en aquella guerra.

Con la casi inminente liberación de los Titanes, Zeus el rey de los dioses, desvió su mirada hacia el reino mortal que él hubiese dejado a la deriva, y cuyos humanos también le habían olvidado poniendo su fe en otro “dios” todo poderoso. Sin embargo para su suerte aún había gente que creía en los dioses olímpicos, fue entonces que se dio cuenta que si él quería frenar la destrucción de su tan amado reino y su propia vida debía detener a Lucifer y contener a los titanes, en especial a su padre Cronos, fue por esa razón que llamando a todos sus hijos, se vio aterrorizado ante el hecho de que solo Apolo, Arthemisa y Afrodita acudieran, el rey de los dioses era bien conocido por no ser el mejor de los padres ni de los esposos era por eso que muy pocos de sus hijos le querían y seguían.

Zeus usaría a la tierra como tablero de Ajedrez y a los humanos como sus peones, en el santuario se hallarían sus piezas más poderosas, de esta forma aseguraría su futuro, sin embargo Afrodita no compartía el sentimiento y desobedeciendo a su padre descendió al santuario en forma de una brillante y bella estrella, situándose en la estatua de Athena la deidad del amor juró lealtad ante el patriarca, pidiéndole que le dejara combatir a su lado ante la nueva amenaza que se avecinaba. Afrodita quien había admirado durante siglos la labor de su hermana Athena por proteger a los humanos creía de corazón que aquella raza que era la representación misma de su esencia “amor” debía ser salvaguardada a toda costa.

Aquella diosa llena de amor y comprensión no estaría sola, siguiendo su descenso dos estrellas más cayeron a la tierra, eran los dioses del Sol y la Luna, sus deseos para el mundo mortal eran diferentes a los de Afrodita, no se sabía con exactitud si lo que deseaban era persuadir a hermana de su mal actuar, o simplemente apoyar su causa ante el peligro inminente de saber que si los titanes no eran detenidos estos llegarían al Olimpo y destruirían todo tal cual lo conocían.

Apenas un par de semanas habían transcurrido desde su visita al santuario, cuando Lucifer vio descender tres estrellas, sabiendo que los dioses olímpicos tomarían parte en la guerra que se avecinaba, sonrió al tiempo que se colocaba en pie y decía. – La hora de liberar a los titanes ha llegado-.
Maldazzar
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