Mesalina vs Phineas [Elemental Dados]

Su mirada rodeo el gran salón del Castillo de Heinstein mientras un suave suspiro abandonaba sus finos labios. Las palabras de su Akra habían sido claras momentos atrás, sin embargo aun resonaban en los pensamientos de Phineas. ¿Cómo le pedía semejante acción? ¿Acaso no recordaba lo mucho que odiaba todo lo relacionado con el asesino de sus hermanitos? Por primera vez en tantos eones no comprendía lo que Eris quería de ella, no descifraba que intentaba demostrar con esa encomienda.

“Simi… necesito que vayas al Santuario de Athena, y me traigas información sobre lo que hacen mis hermanos, sobre todo Afrodita quien fue la que llevo a sus amazonas con ella…”

Cuando la de cabellera aguamarina intento alegar sobre esa tarea, la diosa simplemente le sonrío, sus sonrisa la conocía y le decía que no se atreviera a contrariarla. Otro suspiro escapo de su boca, no le tenia miedo a su Akra pero llevarle la contraria era algo no muy inteligente… después de todo era su matera y haría cualquier cosa por ella… hasta pisar aquel territorio infestado de humanos descerebrados.

- Akra… akra… akra –

Musito antes de desaparecer del salón rumbo a su nuevo destino, Rodorio; de ahí comenzaría a caminar hacia las áreas de los guerreros atenienses para conseguir la información que tanto deseaba Helena.

En un destello la figura del ángel se formo a las afueras del Pueblo. Su vestimenta era sencilla: un pantalón cortó azul, zapatos negros y una camisa blanca; su cabellera estaba recogida en una preciosa cola de caballo mientras algunos mechones rebeldes caían sobre su lozano rostro. Su energía azul pálida la rodeo por segundos hasta que desapareció.

- Esta… lloviendo –

Susurro estirando su mano para tratar de alcanzar algunas gotas. Poco a poco se fue empapando mientras la lluvia parecía hacerse más fuerte. La joven creyó conveniente esperar a que el clima se ablandara por lo que se dirigió hacia uno de los frondosos árboles, que la rodeaban, para resguardarse de la precipitación. Ahí se quedo con su espalda contra el tronco viendo caer el agua, viendo como esta volvía a ser una con la madre tierra para luego, cuando el sol dejara de ser opacado por las nubes las evaporara.

- Alguien… viene… -

Se dijo internamente al tiempo que una sonrisa iba avivando su angelical rostro. No sabia que clase de ser se acercaba a ella sin embargo si esa existencia la había sentido significaba que conocía sobre el cosmos y eso solo se traducía como un divertido encuentro de guerreros enemigos…

La lluvia continuaba cayendo; el sonido que se creaba cuando las gotas tocaban el suelo le recordó a la joven ángel una pequeña orquesta de suaves melodías por lo que cerró sus orbes para enfocar su sentido auditivo a aquella obra de la naturaleza. Los segundos parecieron pasar lentamente mientras ella se embriagaba con la eufonía del momento, tanta era su concentración que el frío aunado con su ropa mojada quedaban en un segundo plano y hasta tercero.

Su cabeza empezó a moverse de manera sutil de un lado a otro como si tratase de llevar el ritmo de lo que penetraba sus oídos. ¿Después de todo quizás no fuera tan malo haber ido hasta El Santuario? Si, tal vez lo que su Akra deseaba era que se relajara un poco a pesar de estar tan cerca del humano al que quería torturar y luego asesinar de la peor forma posible debido a que por su puño murieron sus hermanos gemelos.

Canto internamente, agregándole así una hermosa letra al sonido que la había hecho aliviarse. Sonrío al recordar como una pequeña niña la canturreaba mientras iba acompañada de su madre; había sido hace años cuando bajo a un país asiático con su Akra, el motivo del viaje no lo recordaba pero la imagen de la carita risueña de la chiquita había quedado cincelada en su memoria.

Su tranquilidad se perturbo cuando percibió como aquella persona que se acercaba apareció a través de un portal dimensional. La voz de una mujer se entremezclo con el de la lluvia; ella habla, habla y habla… sin embargo en ningún momento el ángel abrió sus ojos. ¿Así que su aparición trajo a alguien para jugar?

Antes de poder responderle, el cosmos de la dama se dejo sentir; estaba a punto de atacarla aun así Phineas continuo con sus orbes cerrados apreciando los últimos segundos de la orquestita. No vio la escena que seguramente formaba el ataque de la mujer no obstante sintió como electricidad se internaba por su cuerpo causándole grandes daños, tal fue el impacto que la hizo chocar contra el árbol que tenia como respaldo hundiendo su enorme tallo.

- ¿Auuuh? – musito mientras un hilo de sangre dejaba su boca – Phineas no vino a pelear… Phineas solo vino a mirar… porque serán tan bruscos… tan entretenida que estaba escuchando la lluvia… por qué, por qué no me dejan disfrutar de estos pequeños momentos… que malvados… malos malos – se quejaba como si pensara en alta voz tal cual berrinche, cuando se enderezó abrió sus ojos fijándolos en la dama de cabellera negra frente a ella – ¡Túuuuu! Esta lloviendo, hace frío… y ¿quieres pelear? ¡Locaaaaa! – le grito al tiempo que le sacaba su lengua y su cosmos empezaba a alzarse – Ofrenda Terrenal – manifestó haciendo que su cosmos se mezclara con el suelo, seguido este empezó a moverse alrededor de la amazona entonces de pronto el suelo se quebró debajo de la mujer… dejando piedras y demás sueltos que la joven controlo con su cosmos, afilándolas y enviándolas al cuerpecito de la humana.




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HP: 45-13: 32

Ofrenda Terrenal:

Daño Total: 11+7: 18